Hijos de los hombres
Por Ainhoa Garagalza y Rosabel Argote
Una distopía de 2027, sobre un mundo futuro en el que la salvación de la raza humana depende de la supervivencia de una mujer refugiada
Un mañana deprimente posible. Un barco de rescate llamado Proyecto Humano, único refugio clandestino para inmigrantes “ilegales” sin un lugar en el mundo. Una película de imprescindible visionado, que se estrena para situarnos ante el espejo de una de las opciones de futuro que nadie querríamos que llegara.
PAÍS, AÑOReino Unido, 2006
DIRIGIDA PORAlfonso Cuarón
REPARTOClive Owen, Julianne Moore, Michael Caine, Chiwetel Ejiofor, Peter Mullan, Danny Huston, Clare-Hope Ashitey, Pam Ferris, Charlie Hunnam, Oana Pellea, Jacek Koman, Ed Westwick, Paul Sharma
PREMIOS2006: 3 nominaciones al Oscar: Mejor guión adaptado, fotografía, montaje
2006: 2 Premios BAFTA: Mejor diseño de producción y fotografía. 3 nominaciones
2006: Festival de Venecia: Mejor contribución técnica (escenografía)
Entre otros muchos premios de la crítica
ETIQUETAS TEMÁTICAS
Año 2027: el ser humano está al borde de la extinción: los hombres han perdido la capacidad de procrear y se ignora por qué razón todas las mujeres del planeta se han vuelto estériles. Al mismo tiempo, el mundo se estremece cuando muere un muchacho de 18 años, la persona más joven de la Tierra. Se vive, pues, una situación de caos galopante. En tales circunstancias, Theo (Clive Owen), un desilusionado ex-activista radical de Londres convertido en burócrata, es contratado por Julian (Julianne Moore) para que proteja a una mujer refugiada que, embarazada, posee el secreto de la salvación de la humanidad, la persona más valiosa de la Tierra. (sinopsis de Filmaffinity).
CRÍTICA VeCINEMATOGRÁFICA
Corre el año 2027. El mundo es caótico, gris, deprimente. El único gobierno funcional que resiste es el del Reino Unido, por lo que el país impone fuertes medidas contra la inmigración. Por ende, hace 18 años que no nace ningún niño, luego la supervivencia de la raza humana y el futuro del planeta están en grave riesgo. La única persona embarazada que queda es una mujer refugiada (Kee, interpretada por Clare-Hope Ashitey) en cuyo vientre lleva escondida la salvación a esa extinción. Para protegerla de una persecución en la que puede perder la vida (es negra, solicitante de asilo, ninguneada, discriminada, infravalorada y perseguida por estar irregularmente en el país), una organización llamada “Los Peces” se ofrece a custodiarla y llevarla a vivir a una isla clandestina llamada Proyecto Humano. La misión de acompañarle es encomendada a Theo Faron (Clive Owen), un ex activista convertido en burócrata, secuestrado por la banda de “Los Peces”, de la que es la líder su ex mujer Julian (Julianne Moore).
ESCENAS DIALOGOS Y DETALLES TÉCNICOS Y ARGUMENTALES QUE NO SE NOS PUEDEN ESCAPAR
- Cómo se difunden el discurso del odio y los mensajes xenófobos:
Lo primero que se escucha nada más empezar la película son mensajes en contra de la inmigración ilegal. De hecho, son mensajes que se repiten durante toda la película, de forma reiterada, repetitiva, persistente. ¿Ocurre lo mismo en nuestra vida diaria? ¿Qué mensajes nos inundan?
Puede ser interesante tener en cuenta el trabajo de investigación realizado desde CEAR-Euskadi sobre cómo los discursos del odio inciden directamente en el aumento del racismo y la xenofobia en nuestras ciudades. Este trabajo queda plasmado en el documental El Incendiario y en la Guía Contra Incendios (descargable en www.cear-euskadi.org) en la que se presentan y explican herramientas al alcance de la ciudadanía para hacer frente a discursos xenófobos. - La criminalización de la solidaridad:
El otro mensaje que se escucha constantemente en la película (como si fuera banda sonora en off, repetida, martilleada, mientras los personajes viajan en el tren, o pasean por la calle, o ven imágenes en las televisiones) es el de las consecuencias que puede acarrear el ayudar a las personas inmigrantes irregulares. Esto también está empezando a ocurrir en el Mediterráneo, donde los gobiernos tratan de parar la labor de rescate y denuncia de barcos como el Aita Mari o el Open Arms, mientras se bombardean cada vez más mensajes criminalizando las labores de rescate y de apoyo de distintas organizaciones y personas. En dicho contexto, no deja de ser significativo que, al final de la película, la salvación del caos sea un barco de pesca. - Seguridad vs miedo:
¿Cuánta libertad estamos las personas dispuestas a sacrificar para sentirnos seguras? La película se desarrolla en un entorno hostil, donde la violencia y la contaminación que se trasladan es brutal, y la desconexión entre la vida que querríamos tener y la realidad en la que viven quienes tienen derechos y quienes no los tienen, es igualmente alienante. El ansiado bienestar se traslada vinculado a la cultura y a la naturaleza. ¿Cómo es el mundo en el que queremos vivir? - Invisibilidad de los motivos de la inmigración y de las personas refugiadas.
Detrás de cada persona hay una historia, pero a través de la acusación de “inmigración ilegal”, ninguna historia importa y se deshumaniza el fenómeno. No importan las causas, solo importa echar del país a las personas inmigrantes irregulares, legitimando las deportaciones, los arrestos ilegales y las pésimas condiciones de los campos de refugiados. Destacamos el paralelismo entre estas escenas representadas en la película y la situación actual en muchos campos de refugiados en Grecia, Serbia, Jordania... o la de países como Palestina.
Recordemos, e ese respecto, que el Nuevo Pacto Europeo sobre Migración y Asilo presentado en octubre de 2020 pone el foco principalmente en medidas para facilitar el retorno y la externalización de fronteras. (Mas info)
Preguntas y reflexiones para el debate y la dinamización en encuentros y cine-forums
- Movimientos sociales que buscan cambiar el mundo:
Ante un mundo como el representado en Hijos de los hombres, ¿qué puede hacer cada cual?, ¿qué podemos hacer como comunidad, como movimientos sociales, como colectividad? ¨Los peces” de la película son un grupo activista que trata de cambiar esta situación y que ha ido transformando su forma de actuar a lo largo del tiempo. Pero, ¿todo vale? ¿El fin justifica los medios? ¿Qué papel podría jugar el bebé como símbolo de esa resistencia?